sábado, 2 de junio de 2012

«Las matemáticas requieren mucha creatividad»

España.- «Usamos la manía como mecanismo de protección y en el caso de las matemáticas nos protegemos de la ignorancia»

Marta Sanz-Solé Presidenta de la Sociedad Europea de Matemáticas

Marta Sanz-Solé (Sabadell, 1952) es la primera mujer que preside la Sociedad Matemática Europea, que nunca hasta ahora había dirigido un ciudadano español. Esta profesora de la Universidad de Barcelona se estrenó esta semana como jurado del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. No se llevó el premio nadie de su gremio y eso que -sostiene- toda la ciencia tiene matemáticas detrás. El mundo es más cómodo gracias a los números, por mucho que sigan provocando más que miedo en las escuelas. Y eso que la percepción social de las matemáticas está cambiando para bien.

-Vemos las letras como algo bonito y los números como algo feo. Convénzamos de que los números también tienen su belleza.

-Las letras y los números son lo mismo. Son instrumentos para expresarse. El hecho de que quizá se tenga más conocimiento de las letras es una cuestión de nivel cultural. Otra cosa es la distinción entre literatura y matemáticas. Aquí la diferencia está en el nivel de abstracción, cuando uno lee una novela lo que se expresa es mucho más concreto que lo que se expresa en una ecuación. Cuanto más alto es el nivel de abstracción más inaccesible se hace a los no expertos. Es más críptico.

-Usted siempre compara las matemática con el arte, en el sentido de que requieren una concentración similar.

-Sí, el trabajo de un científico es extremadamente creativo en general. Y precisamente las matemáticas, por su nivel de abstracción, todavía requieren más creatividad, porque el sustrato material, la motivación, es menos concreta. Las matemáticas crean teorías, un cuerpo de argumentos y razonamientos para llegar a explicar algo y este algo puede transformarse en algo muy concreto. Le pondré un ejemplo: la criptografía, cómo se transmiten los datos de forma secreta. Se basa en teoría de números. Una cosa tan abstracta como es analizar los números se convierte en un mecanismo para mandar mensajes codificados.

-¿Qué nos pueden aportar las matemáticas hoy en día?

-Las matemáticas están en la base de las ciencias y la tecnología. Y esto no es solo un enunciado. Cuando usted piensa en todos los desarrollo tecnológicos que precisa, por ejemplo, al análisis de las imágenes, en los diagnósticos médicos, esa tecnología está basada en teorías matemáticas. El ejemplo que le he puesto de la criptografía o el análisis de los mercados financieros está basado en ecuaciones, diferenciales, derivadas parciales, teorías estocásticas, la inclusión del azar... Los modelos para la predicción del clima también se hacen mediante ecuaciones matemáticas.

-¿Hacia dónde va la investigación?

-Es difícil decir qué podemos descubrir. Sí es verdad que hay campos del saber que están requiriendo en la actualidad muchas matemáticas. Una de ellas son las ciencias de la computación. Si analiza los mecanismo de un buscador como Google sabrá que está basado en matemática. Esta es una motivación muy importante, como lo es la biología. Quizá en el pasado ha sido más la física, pero ahora las ciencias de la vida le están quitando ese protagonismo. Todo el tratamiento de datos en genética, incluso aspectos muy básico de las matemáticas como la topología, actualmente se está también aplicando a la comprensión de la genética.

-Ha hecho una alusión a los mercados financieros. ¿Haría falta un matemático en el Gobierno?

-Yo creo que sí. Los matemáticos están cambiando mucho su perfil. Hace años la salida profesional se centraba en el campo educativo, pero actualmente ha cambiado. Ahora son una mayoría los que se incorporan al sector industrial. Esto es más cierto es países más desarrollados que España, como Alemania, Suiza, Francia... Y una de las salidas importante es lo que llaman los grupos de quants, que son los que cuantifican las instituciones financieras. Tienen departamentos en los que se hacen estimaciones numéricas.

-¿Pero no son capaces de hacer cuadrar las cuentas de Bankia?

-No. Lo que hacen es establecer modelos para entender la realidad. Eso quiere decir intentar predecir qué va a pasar: con las bases actuales, cuáles son las tendencias. Es un tema muy complejo, porque estos no son fenónemos deterministas, hay cantidad de factores que uno no puede controlar, como el azar. Por eso también hay modelos matemáticos que modelizan el azar, que permiten entender lo que está pasando y proponer soluciones que puedan adaptarse mejor a la situación. Claro que aquí entraríamos en otro tipo de factores, es decir, es muy difícil que se puedan llegar a modelizar comportamientos tan complejos como el humano. En lo que está pasando en los mercados financieros hay muchos factores de tipo político y especulativo que no se resuelven con ecuaciones.

-Si es tan útil y es hasta creativa, ¿por qué le tenemos tanta manía?

-A mí me parece que los seres humanos usamos la manía como un mecanismo de protección y en este caso nos protegemos contra la ignorancia. Lo que tendríamos que hacer es entrar más a fondo en el conocimiento no solo de las matemáticas sino también de las ciencias.

-¿Y cómo se consigue?

-Hay varios caminos. Uno es la popularización. Los matemáticos tradicionalmente no hemos sido buenos transmisores. Evidentemente el campo en el que trabajamos por ese nivel de abstracción lo hace difícil, pero hay matemáticos que han sabido explicar en lenguaje sencillo y comprensible lo que son las matemáticas.

-¿Hay buenos profesores? ¿Se enseñan bien las matemáticas?

-Hay excelentes profesores pero también hay malos profesores. Le diré más: uno de los problemas que tenemos es que muchos enseñantes no tienen formación de matemáticos. Para transmitir correctamente conocimiento se necesita muy buena formación. Esto se resolvería con medidas políticas. ¿Por qué la percepción social de un maestro es distinta de la de un científico? Es muy importante formar. Es vital. Admiro mucho a los maestros. Están haciendo una gran labor con un reconocimiento mínimo.

Fuente: El Comercio.es (España)

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