miércoles, 2 de mayo de 2012

Recetas con lógica matemática

ESPAÑA. Un trabajo de un instituto de Ávila obtiene el premio al mejor proyecto europeo eTwinning. Un grupo de alumnos del IES Alonso de Madrigal, de Ávila capital, no solo ha perdido el miedo a las matemáticas, sino que ha descubierto su lado más divertido practicando su inglés y manejando las nuevas tecnologías de la comunicación. 

Que las matemáticas tienen mala fama es algo conocido por todos. Que se trata de la asignatura que más atragantamientos provoca a lo largo de la etapa educativa y la que aglutina el mayor número de odios, también. Pues bien, un grupo de alumnos del IES Alonso de Madrigal, de Ávila capital, no solo ha perdido el miedo a las matemáticas, sino que ha descubierto su lado más divertido practicando su inglés y manejando las nuevas tecnologías de la comunicación. 
 Esa es precisamente la clave del proyecto ‘A taste of Maths’, ATOM, que han desarrollado los once alumnos que el pasado curso se matricularon en el plan bilingüe que ofertaba el instituto para 1º de ESO. Guiados por sus profesores de inglés, Valentina Cuadrado, y matemáticas, Sergio San Victoriano, han aprendido a ver el cálculo, la geometría y las proporciones en su vida cotidiana.

«El objetivo de ATOM era que los chicos desarrollaran unas habilidades matemáticas y fueran capaces de aplicar en su día a día los conceptos que se enseñan en clase», explica a Ical Valentina Cuadrado. Con ese objetivo nació el ATOM, un proyecto que se ha desarrollado en el marco del programa europeo eTwinning que puso a su disposición una plataforma virtual, eje de la colaboración que se ha mantenido con los otros cinco centros participantes ubicados en Rumania, Italia, Grecia, Holanda y la República Checa. 

El tema elegido fue la gastronomía así que la investigación se trasladó a cada uno de los hogares de los alumnos participantes que debían buscar recetas que tuvieran una lógica matemática: para cuántas personas se diseña el menú, cantidades y operaciones que relacionan lo uno con lo otro. Además, se propuso a los alumnos buscar la geometría que había en el arte, por ejemplo, las figuras que distinguían en la Muralla o en el mobiliario público. 

La aplicación de las matemáticas a la literatura y la poesía ha sido otra de las actividades y los alumnos han creado poemas, en inglés con su traducción al castellano, siguiendo el método matemático de Fibonacci. Los versos se han publicado en un mix-book, una herramienta de escritura colaborativa en la Red. Además, han intercambiado problemas matemáticos con los chicos del resto de países y cuyo planteamiento debían subir en forma de vídeo al portal. 

Ese gancho con la cotidianidad ha permitido a los alumnos descubrir la cara más divertida de las matemáticas. «No es todo fórmulas o cálculos», indica Sergio San Victoriano. «Cuando salen a la calle ven que las matemáticas están ahí, que las pueden usar a diario y son algo tangible». Esa es la clave, aclara Valentina Cuadrado, que atribuye la mala fama de las matemáticas a la abstracción de sus conceptos. 

El premio al mejor proyecto europeo eTwinning que ha recibido el ATOM es el último que el instituto Alonso de Madrigal ha añadido a su palmarés, ya que cuenta con otros cuatro galardones nacionales, el último concedido a la par que el europeo. 

Fuente: e-volucion

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