Según la etnomatemática Claudia Zaslavsky las mujeres fueron
las primeras que tuvieron la necesidad de calcular los ciclos lunares.
Hasta hoy, cuando todos llevamos encima un móvil que
resuelve operaciones aritméticas, los humanos hemos recorrido un largo camino
de 35.000 años echando cuentas con huesos de babuino, ábacos y máquinas de más
de cien kilos.
En su bolsillo encontrará un ligero dispositivo capaz de
multiplicar 258.553.569 x 993.105.092 en menos de lo que se tarda en pestañear.
Cualquier teléfono lleva a cabo operaciones con una eficacia que la mayoría de
matemáticos de la historia no podría ni imaginar, sin ni siquiera ser su
función principal.
Pero las matemáticas actuales no serían posibles sin
precursores como el ábaco o las calculadoras mecánicas, que a su vez han jugado
un importante papel en la educación.
La humanidad ha necesitado ayuda con los números desde su
origen. “Esta historia comienza en el firmamento, enigmático e impresionante”,
asegura Ian Stewart, profesor de Matemáticas de la Universidad de
Warwick y escritor. El divulgador explica que los primeros seres humanos “veían
las matemáticas escritas en el cielo”, el cual intentaron “entender, predecir y
controlar”.
El origen de los artefactos matemáticos se produce a partir
de la sofisticación de las teorías: “Cuando los cálculos se volvieron demasiado
tediosos o difíciles inventaron máquinas para el trabajo duro”, asegura
Stewart.
Las matemáticas bajaron de los cielos al sur de África hace
unos 35.000 años. Esa es la edad del primer objeto matemático conocido, el
peroné marcado de un babuino, hallado en la cordillera de Lebombo (cerca de la
frontera entre Suazilandia y Sudáfrica).
La etnomatemática Claudia Zaslavsky sugiere que, puesto que
el hueso contiene 29 marcas, se trata de un calendario lunar –cada mes lunar
corresponde a 29,53 días solares–. La investigadora se pregunta: “¿Quién sino
una mujer que necesita monitorizar sus ciclos necesitaría un calendario
lunar?”.
Zaslavsky admite que a los primeros agricultores también les
interesarían esos registros, pero recuerda que “probablemente” fueran también
mujeres las que iniciaron el cultivo, mientras los hombres cazaban. Por ello
concluye que “las mujeres fueron las primeras matemáticas”.
Fuente: Sinc
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