lunes, 30 de junio de 2014

La yupana: el abaco de la civilización Inca

En la lámina de Guaman Poma, incluida en "Nueva crónica y buen gobierno", el “Contador mayor y tesorero” (“Tawantinsuyo quipoc curaca Condorchava”), aparece un personaje que sostiene un quipu de gran dimensión entre ambos brazos extendidos. A la izquierda hay un tablero con diferentes recuadros en los que aparece una serie de pequeños círculos: La yupana ("contar o contador"). El autor sugiere que el quipu y la yupana funcionaban juntos en el contexto de la contabilidad y la tesorería en el mundo andino.



José de Acosta en el libro 7 capítulo VIII de Historia Natural y Moral de las Indias (1592), describe: "... pues verles otra suerte de quipos, que usan de granos de maíz, es cosa que encanta; porque una cuenta muy embarazosa, en que tendrá un muy buen contador que hacer por pluma y tinta, para ver a como les cabe entre tantos, tanto de contribución, sacando tanto de acullá y añadiendo tanto de acá, con otras cien retartalillas, tomarán estos indios sus granos y pondrán uno aquí, tres acullá, ocho no sé dónde; pasarán un grano de aquí, trocarán tres de acullá, y, en efecto, ellos salen con su cuenta hecha puntualísimamente sin errar un tilde, y mucho mejor se saben ellos poner en cuenta y razón de lo que cabe a cada uno de pagar o dar, que sabremos nosotros dárselo por pluma y tinta averiguado".

Pese a la creencia general de que la yupana fue un ábaco inca, algunos historiadores discrepan con esta opinión; pero es innegable que un paso previo al registro en los quipus debía ser realizada con cálculos en algún soporte. Las Yupanas medían 20 x 30 cm. aproximadamente. Consistía en oquedades donde se colocaban las cuentas (generalmente granos de maíz, o porotos secos). Estaban realizadas en piedra, arcilla, madero o hueso, algunos estaban decorados, todo lo cual reflejaba la existencia de subtipos originarios de diversas regiones del Tahuantinsuyo.

Se ha trabajado sobre la presunción de base 5, o de base 10. Burns Glynn sostiene que tanto la yupana como los quipus debían operarse a través del sistema decimal, puesto que la numeración incaica era por décimos. Sin embargo en el año 2000,  Nicolino De Pasquale elaboró una interesante teoría. El matemático italiano explicó que el sistema esa basado en el número 40, los cálculos se realizaban de derecha a izquierda y que los incas no utilizaban el cero; señala: "Los incas basaban el sistema de cálculo en 40 (40, 80, 120, etc.), pero siempre con el mismo criterio exponencial, cuando se trataba de calcular grandes cifras".

En la primera oquedad de la fila inferior se colocaba una cuenta que tenía valor 1, en la sucesiva dos cuentas de valor 2, en la tercera tres cuentas de valor 3 y en la siguiente cinco de valor 5. Sumadas todas las cuentas su valor era igual a 39. De esta forma la oquedad de la derecha de la fila inmediatamente superior tenía valor 40, la sucesiva 80 y así en una progresión geométrica hasta el infinito. Un mismo número se podía representar de varias maneras.

El sistema está basado en la llamada "serie de Fibonacci", una escala que comienza por 1 y sigue por 2, 3, 5, 8, etc., y donde cada número se hace sumando los dos anteriores. Esta sucesión se encuentra en la naturaleza: en los rombos de las piñas de los pinos, en los pétalos de las margaritas, en el mismo ADN. El sistema funciona, con su uso los incas llegaban a realizar complejos cálculos que en astronomía les llevaron a predecir con gran anticipación fenómenos como los eclipses. Permitía contar a los ancianos y los no videntes, al tocar las semillas con la mano. 



Fuente: Pueblosoriginarios.com

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