Ni el hombre del saco ni el 'sacamantecas'... Han sido generaciones de niños las que han padecido un miedo cerval a la reina de sus pesadillas, las odiosas matemáticas con las que Pedro Alegría (profesor de matemática y mago) se gana la vida. En sus manos, la vieja 'dragona' parece un dulce animal de compañía.
No hay escapatoria: estamos rodeados de números que nos apuntan y nos disparan. A menudo pasan inadvertidos o no prestamos atención a su presencia, como si una ciencia abstracta como esta fuese lo más natural del mundo. Pedro Alegría, desde su tribuna de la UPV/EHU, busca la fórmula que exprese Matemáticas = Felicidad.
¿Qué se puede hacer para acabar con la mala fama de un tren que sale de Valladolid y otro de Segovia?
Poca cosa, es algo casi heredado que probablemente venga porque, en el fondo de su corazón, la gente sabe que no domina algo importante.
Alguna razón habrá para tanta dificultad...
Quizás las matemáticas sean más difíciles que otras materias al trabajar con ideas abstractas.
Así que recurre a la magia para explicar fenómenos matemáticos de manera más digerible...
A mí me gusta decir que jamás te aplauden al acabar una clase de matemáticas y sí lo hacen cuando haces algo que los demás no comprenden aunque tenga una base real.
¿Como por ejemplo?
Yo puedo desarrollar una sistema para resolver rápido una multiplicación compleja, puede conocer un principio químico para convertir el agua en vino o puedo, qué sé yo, contar cartas.
¿Cuál es la aplicación matemática que más le sorprende al mago en la vida real?
Llama mucho la atención el fenómeno de Google. Tú tienes una duda, pones dos palabras en el buscador y te aparecen dos millones de respuestas, ordenadas, además, para que en la primera página se te resuelva la cuestión.
¡Eso es enciclopedismo!
¡Qué va! Eso se logra a través de una matriz, un problema que se estudia en la matemática de bachiller.
Me está diciendo que los inventores de Google son unos genios matemáticos y que existen cerebros mejor preparados que otros para los números.
Los genios quedaron atrás hace dos siglos. Aprender matemáticas es una cuestión de esfuerzo e interés.
Que no siempre despiertan quienes se dedican a la enseñanza de quebrados y raíces cuadradas... ¿Se enseña mal?
Yo no lo achaco al sistema o al método. A lo mejor hay que dedicarle más tiempo a este estudio o agrupar a la gente con un nivel semejante.
Las cinco manzanas de Juan que cambia por las tres peras de Pedro me atemorizan aún hoy.
Es solo fruta. ¡Quítele el miedo!
(Fuente Deia.com, Bilbao- España)
No hay comentarios:
Publicar un comentario